Fobias

1. Muero de susto cuando tengo que ir a la consulta del dentista. Ni que decir cuando se acerca con una aguja enorme para inyectar la anestesia o cuando la odiosa maquinita empieza a sonar. Creo que uno de los momentos menos dignos de mi vida fue cuando trate de arrancarme del sillón del dentista y el, su asistente y mi hermana me tiraron de vuelta al sillón.

2. No me caen bien las arañas. Si son chicas puedo matarlas, pero si son grandes, salgo arrancando. O no abro las ventanas por miedo a que entren al departamento, como hice durante meses en Chicago (por suerte había aire acondicionado). Bueno, la verdad es que la reacción se extiende a todos los bichos, excluyendo solamente hormigas y mariposas.

3. Tengo verdadero pánico de tener que enfrentar la muerte de mis amigos o de mis sobrinos. Estoy preparada psicológicamente para enfrentar la muerte de gente que, por ciclos de vida, debiera morir antes que yo, pero la de aquellos que son mis contemporáneos o deben sobrevivirme es algo que no quiero siquiera imaginar.

4. No me gusta el rechazo, y aunque al final termino enfrentando las situaciones que pueden llevarme a ser objeto de uno, reconozco que las atraso lo mas posible. De hecho, creo que por eso prepare la postulación a mi magister solo con un mes de anticipación al vencimiento del plazo de recepción de solicitudes.

5. El verdadero motivo por el cual nunca he querido aprender a conducir es porque me da miedo no poder parar el auto. Puede ser porque cuando mi papa me estaba enseñando a conducir, en el sur, de casualidad atropelle una oveja; por suerte no le paso nada, pero no quiero ser responsable por mas atropellos en esta vida.