30 de julio de 2007

Me & the City

Y finalmente llegue a NYC!! Claro, mi contador de días no resulto muy certero, porque como no se donde tengo la cabeza, me equivoque y pensé que volvía un día antes del que si era, pero ya estoy acá, luego de mas de 20 horas pasadas en aeropuertos varios.

Tampoco tengo departamento aun, así que mientras estoy instalada transitoriamente en un hotel nada de digno y en la peor ubicación posible en estos momentos (a un par de cuadras de donde fue la explosión de las cañerías de agua, rodada de camiones, policías y constructores), pero ya estaré instalada en un par de días, aunque no estoy segura que sea de manera poco traumática, porque unos excelentes amigos que acaban de irse me dejaron cuatro enormes cajas de cosas, incluyendo botellas de vino, una minipimer, leche condensada y desinfectante de baños que se me costara pasear por la ciudad entera.

Pero lo importantes es que estoy acá y ya siento que empecé a vivir esta nueva aventura, ya he conocido gente y obtenido teléfonos, ya fui a lugares y ya me dejaron entrar por primera vez a un club sin tener que hacer una fila de treinta personas (y no puedo negar que cuando eso paso me sentí en una escena de película, es que a veces soy tan ridícula).

Como siempre, no tengo la más mínima idea de a donde me llevara esta etapa, pero eso es parte de la gracia. Aunque si he desarrollado algunos planes respecto a cierto individuo que tiene que venir a trabajar por estos lados y que se que no espera que yo sepa de lugares donde ir ni esta acostumbrado a ver ese lado mas sofisticado de mi que emerge cuando enfrento actividades mas adultas en mi vida. Quien diría que trabajar se podría convertir en una ayuda en mis enredos románticos?.

16 de julio de 2007

Leaving Chicago

No me voy de esta ciudad con la resignación de los visitantes en tránsito
Me dejo atar, fascinado por ella
a los recuerdos del presente:
cosas que no tuvieron, por definición, un futuro
pero que, ciertamente, llegaron a envejecer, pues las dejo a sabiendas
de que son, tal vez, las últimas elaboraciones del deseo,
los caprichos lábiles que preanuncian la vejez.(...)

(Pena de Extrañamiento. Enrique Lihn)

Lo se, el poema se refiere a Nueva York y no a Chicago, pero al enfrentarme a las ultimas horas de mi estadía acá, no puedo evitar sentirme identificada.

Llegue a esta ciudad el 30 de agosto del año pasado y mas de 10 meses después debo dejarla. Y aun no me voy y ya la extraño. ¿Me imagine cuando llegue acá que este tiempo se convertiría en lo que fue? Honestamente, la respuesta es no. Jamás creí sobrevivir sin mis amigos, sin mi familia, sin las comodidades a las que estaba acostumbrada en mi vida en Chile. Jamás me creí eso de que la distancia todo lo cura (¿o es el tiempo?). Y jamás pensé que podría pensar en este lugar como mi hogar. Y es precisamente eso lo que ha pasado.

He sumado tantas cosas a mi existencia acá: he encontrado excelentes amigos que se lo serán por toda mi vida, he superado una historia que se estaba volviendo karmatica y que en cierta forma yo misma me negaba a superar, he disfrutado mis soledades y he enfrentado temores. Me metí en líos sin darme cuenta y salí de ellos sin cicatrices, aunque con una planta muerta. Me atreví a fijarme en el tipo de hombre que siempre he pensado fuera de mi alcance y tengo una historia, que puede o no que continúe, pero que valió la pena y ha sido demasiado entretenida. Bueno, aun estoy trabajando en aceptar que puedo tener derecho a exigir algo mas si es que es lo que quiero, pero nadie dijo que tenía que resolver todos mis temas mientras estuviera en Chicago.

Así que una vez mas me voy, aunque esta vez, a diferencia de la vez pasada, no hay remordimientos por lo que ha sido mi vida en esta locación. No hay personas de quienes despedirse por mail porque no te atreves a decir adiós en vivo y en directo y no hay regalos de despedida que lleguen días después de que te fuiste. Solo hay nostalgia por lo que se vivió, especialmente porque todas aquellas personas ya no estarán acá, sino que todos seguiremos con nuestras vidas en distintas latitudes, donde sea que nuestros caminos nos lleven, con la única esperanza de encontrarnos alguna vez. Y con la enorme alegría de saber que algunos seguirán conmigo en una nueva aventura, esta vez con NYC de fondo.

13 de julio de 2007

Porque la sangre azul no es para mi

Aun no he hablado de mi príncipe azul, no es así? Bueno, no era ni tan príncipe ni tan azul tampoco, pero si fue mío, por un tiempo al menos.

La verdad es que paseando por diversos blogs leí un post que me hizo recordarlo. A él y a todo el tiempo que gastamos el uno en el otro.

Que pasó? No pudo perdonarme que pudiera leer sus más oscuros deseos y que fuera capaz de intentar hacerlos realidad. No pudo entender que no me avergüenzo ni de mi naturaleza ni de mis instintos. Y no pudo comprender que todo ello no es contradictorio con el hecho de ser una buena persona.

Sencillamente, a veces las convenciones tienen un lugar más fuerte en tu alma que los sentimientos.

Y si, fuimos almas gemelas, si es que cabe ese término entre dos personas que ven la vida tan distinta.

Pero hoy ya no busco, y mas importante aun, no quiero, príncipes azules. Prefiero plebeyos con almas que mezclan el verde y el gris y que no temen si encuentran un sobre en su puerta con invitaciones que evidencian proposiciones poco santas.

12 de julio de 2007

Diferencias

¿Has escuchado el sonido de las olas que no rompen? Es fácil confundirlo con el silencio, cuando el movimiento incesante del agua no tiene un destino.

Hoy me di cuenta que extraño el romper de las olas. Esa predecible monotonía que se sucede una tras otra mientras me pierdo en mis pensamientos. Extraño sentarme en la arena a escuchar el vaivén de las olas y mirar el infinito mientras el sol se esconde entre las nubes ya coloreadas con tintes rojos. Extraño enterrar mis manos y sentir pequeños granos deslizarse entre mis dedos.

Extraño sentir que el tiempo se detiene mientras yo me pierdo en las inmensidades del cielo y el agua.

Y acá las aguas se mueven, pero jamás revientan; te sientan a una distancia prudente (y segura) para contemplar atardeceres, cuidándote mas de no aplastar flores que de desenterrar tesoros; y el horizonte no es el mismo cuando el sol se esconde tras tu espalda.

10 de julio de 2007

Once.. upon a time

Erase una vez una sala de cine, pequeña, ideal para las películas mas intimas que no aspiran a ser record de taquilla; oscura, como toda sala de cine que se precie de tal y con mínima cantidad de gente comiento pop corn. Y los créditos ya rodaban. Pero, contrario a lo acostumbrado, nadie se levanto de sus asientos. Todos parecíamos absolutamente atrapados por la pantalla, aunque en realidad era la música que se escuchaba. Dos canciones y la entrada de unos cuantos empleados del cine mas tarde, los espectadores empezamos a reaccionar y a desalojar el lugar. Pero con una historia y unas cuantas melodías atadas a nuestras memorias.



I don't know you
But I want you
All the more for that
Words fall through me
And always fool me
And I can't react
And games that never amount
To more than they're meant
Will play themselves out

Take this sinking boat and point it home
We've still got time
Raise your hopeful voice you have a choice
You've made it now

Falling slowly, eyes that know me
And I can't go back
Moods that take me and erase me
And I'm painted black
You have suffered enough
And warred with yourselfIt's time that you won

Take this sinking boat and point it home
We've still got time
Raise your hopeful voice you had a choice
You've made it now
Falling slowly sing your melody
I'll sing along

(Falling Slowly. Once Soundtrack)

9 de julio de 2007

Sorprendida

Creo que las sorpresas mas grandes provienen de nosotros mismos.

Después de un largo proceso, reconocí que volver a casa, aunque sea temporalmente, no es lo que mas quiero hacer en este momento. Y ese reconocimiento me sorprendió.

Hay tanto que extraño de mi antigua vida, siendo la mas importante todas las personas a quienes adoro que se quedaron en casa, aunque también miles de detalles que no puedo replicar acá: las juntas en mi departamento con mas alcohol del aconsejable, las mechada palta del Liguria, la torta de merengue lúcuma, el cine del domingo con M., las conversaciones eternas con mi J., roommate y las discusiones de niñas con mis amigas del alma. Y añoro todo eso mas de lo que puedo reconocer, pero por algún motivo todo eso no basta en este momento.

No se si mi experiencia por estos lados me ha enseñado algo (mas allá de superar cierta historia que ya contare algún día), pero de una bizarra manera siento que yo he avanzado, pero mi vida en casa no. Y de verdad quiero seguir avanzando, a donde sea que me lleve el destino.

Mis amigos ni siquiera saben que este blog existe (como se puede ver por la falta de comentarios), pero por lo que pueda valer, disculpas por no estar lo emocionada que debiera por ir a casa. Creanme que la vida seria perfecta si me los pudiera llevar yo a NY conmigo, pero por algún motivo, no puedo irme de acá con una sonrisa en la cara, aunque confío en que la tendré cuando los vea esperándome.