9 de julio de 2007

Sorprendida

Creo que las sorpresas mas grandes provienen de nosotros mismos.

Después de un largo proceso, reconocí que volver a casa, aunque sea temporalmente, no es lo que mas quiero hacer en este momento. Y ese reconocimiento me sorprendió.

Hay tanto que extraño de mi antigua vida, siendo la mas importante todas las personas a quienes adoro que se quedaron en casa, aunque también miles de detalles que no puedo replicar acá: las juntas en mi departamento con mas alcohol del aconsejable, las mechada palta del Liguria, la torta de merengue lúcuma, el cine del domingo con M., las conversaciones eternas con mi J., roommate y las discusiones de niñas con mis amigas del alma. Y añoro todo eso mas de lo que puedo reconocer, pero por algún motivo todo eso no basta en este momento.

No se si mi experiencia por estos lados me ha enseñado algo (mas allá de superar cierta historia que ya contare algún día), pero de una bizarra manera siento que yo he avanzado, pero mi vida en casa no. Y de verdad quiero seguir avanzando, a donde sea que me lleve el destino.

Mis amigos ni siquiera saben que este blog existe (como se puede ver por la falta de comentarios), pero por lo que pueda valer, disculpas por no estar lo emocionada que debiera por ir a casa. Creanme que la vida seria perfecta si me los pudiera llevar yo a NY conmigo, pero por algún motivo, no puedo irme de acá con una sonrisa en la cara, aunque confío en que la tendré cuando los vea esperándome.

1 comentario:

Siempre dijo...

Creo que muchas veces se espera que sintamos tal o cual cosa, es más, esperamos poder sentirlas, porque se supone que así debe ser. Creo que el vivir en sociedad impone ciertas convenciones respecto a lo que es aconsejable o bueno o sano sentir respecto de las cosas que la vida nos pone o que nosotras escojemos.
Te dejo un abrazo, de seguro la vida te seguirá sorprendiendo.